viernes, 2 de mayo de 2014

Los funerales de García Márquez



“¿En qué orilla se pararía Gabriel García Márquez?” se preguntaba El Espectador en su crónica sobre la ceremonia funeraria del escritor colombiano. ¿En la de los ciudadanos de a pie que bajo un torrencial aguacero observaban a través de una pantalla la ceremonia de “homenaje” al escritor? ¿O en la de la Catedral Primada en la que los nobles ministros, senadores, magistrados, el cardenal y el Presidente de la República descansaban cubiertos de la lluvia y resguardados como gente de bien, de esa chusma que afuera se mojaba, se iba, se quedaba y empezaba a oler a perro?  No sé, pero seguramente creo que no sería en la primera. Aunque eso es lo de menos, porque de nuevo, el tema García Márquez ha servido para dejar en evidencia una grotesca feria de las vanidades de esas que a cada rato nos traen nuestros queridos padres de la patria.

Empecemos con un hecho: Santos violó la Constitución. El lunes, un poco antes del homenaje en México, David Osorio se quejaba (en su blog De avanzada) de que “uno pensaría que la muerte del escritor se conmemoraría construyendo bibliotecas, con rebajas en las entradas a los museos, inaugurando escuelas, promoviendo librerías y negocios editoriales, pero ¿esto? En plena carrera presidencial el Gobierno ha sabido aprovechar la muerte de Gabo para volver a recurrir al proselitismo religioso”. Y es una crítica totalmente válida porque Colombia es, en teoría, en papel, en nada y a la vez todo un Estado laico en el cual está prohibido el proselitismo religioso del que hicieron gala el señor cardenal y sus compañeros de la Santa Sede. Incluso, la misma elección de la Catedral Primada de Bogotá como lugar para realizar el homenaje gubernamental, es violatorio de la Constitución, porque a pesar de su simbolismo y de su antigüedad y de todo lo que quieran, es un templo religioso. Pero a ninguna de las autoridades le importa porque estaban allá, complaciéndose entre sí, saludándose, abrazándose, lagarteándose y diciendo ante las cámaras de televisión una sarta de lugares comunes sobre la obra de un escritor, que seguramente nunca habrán leído (o de pronto en resúmenes de esos que les enviaron sus protegidos para parecer cultos frente a las cámaras de televisión).   

Y esto es lo cierto de aquel homenaje espurio: el evento no fue a favor de García Márquez, sino una gastadera injustificada de plata para que el presidente Santos lanzara un discurso a favor de su reelección, para que los senadores y magistrados aparecieran en televisión sentándose y rindiéndole pleitesía a un tipo que sólo significaba para ellos la foto en la revista jet-set y como plus, para que se tomaran fotos que seguramente aparecerán en la próxima edición de la revista Caras. Porque sí, aquella bondadosa e impermeable “élite de Bogotá, que tiende a juzgar a la gente por los apellidos y la ropa que lleva”, que cuando vio al reportero García Márquez en Bogotá, “no pasaba todavía por alto su origen provinciano, costeño; sus pelos abruptos, sus calcetines rojos y quizás su incapacidad para distinguir los cubiertos del pescado de los cubiertos del postre” (citando a Plinio Apuleyo en el Olor de la guayaba), se valió de su muerte para dar lugar a su feria de las vanidades, a su grotesca feria de vanidades que seguramente habrá aparecido en las primeras páginas de los periódicos, en los titulares de los periódicos y en los que seguramente se habló de todo (de política, de elecciones, del traje de la señora del senado). Pero no de literatura.



No sé ustedes, pero creo que la elección de un lugar católico (a diferencia de México en donde se le rindió homenaje en un lugar sin contenido religioso) no fue casualidad. En Latinoamérica la Iglesia Católica siempre le ha gustado la cámara, el victimismo y el poder. Y no es sino paradójico que aquellos tres poderes (el público, el religioso y el militar) que le jodieron la vida a García Márquez durante gran parte de su vida (antes de la etapa farandulera) ahora se invente un dizque homenaje, ¡en el que ellos son los homenajeados! No esperaba menos de estos padres de la patria. 



Imagenes tomadas de:

-http://www.elcolombiano.com/BancoMedios/Imagenes/gabriel-garcia-marquez-funeral-colombia-640x280-22042014.jpg
- http://www.pulzo.com/sites/default/files/2_324.jpg

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